Cantándotelo y cuando no,
tarareándotelo,
vengo a recordarte que
mi canto no murió.
Averígüeselo,
coménteselo,
corrígetelo
pues hoy regresó.
Présteselo y
bébanselo
que diciéndotelo
no pierdo yo.
Pierde él que
reprochándomelo
descubre
que
tragándoselo
se ahogó.
Comprándoselo
no entenderá
a menos que
sea feliz
estudiándoselo.
Recuerde,
cuando se acerque,
recíbaselo
y recomiéndeselo
a todo aquel
que con disfemia quedó.
Manifiésteseles
que evidentemente entre tanta gente
tú y yo nos enamoramos rápidamente.
tú y yo nos enamoramos rápidamente.