desesperadamente quietos...
friamente unidos...
sordamente mudos...
terriblemente buenos...
friamente unidos...
sordamente mudos...
terriblemente buenos...
los libros sin pasta,
las ventanas rotas,
las ropas sucias,
las locas sin manicomio
y tu tan solo
ten cuidado de mi
sembramos arboles
por las calles que pasamos
vamos pasando las sombras
de quienes nos dejan y de quienes vienen
y yo y tu, aqui,
y yo y tu, aqui,
sin nada por callar
tantas cosas, es verdad
te amo en esa soledad.