El suave y ligero ajetreo de mi no muy contorneada figura
me hace expresar más de mil palabras que no se si caban en este
pequeño-grande argumento de fotografía.
Hoy ya es martes y sin embargo la publicación saldrá de lunes,
veamos luego si acierto.
Comenzemos a profundizar nuevamente estás líneas,
con el sólo ánimo de distraerse un poco,
de olvidar que tenemos vida, y que somos como gotas de agua
que resbalan de alguna ventana, y digo alguna,
porque no se si en el cielo hayan.
Me asomo a este cuadro de texto, observando las figuras de las letras,
el cómo del origen de las palabras
y el por qué de su emisión de sentimientos,
las oraciones ocurrentes que nacen de unos dedos
que parecen encantados
por algun mágico hechizo previamente desapercibido.
Y, el solo hecho de saber que estan entendiendo
los que perciben estos signos linguísticos.
Hoy dejo preguntas como respuestas,
y me llevo en la espalda el cargo que demanda decirlas públicamente,
me lo guardo en el bolsillo,
me lo guardo señores, me lo guardo hasta que sean contestadas.
Es como estar en el campo y que el sol te de a la cara,
que se entrepierda en tus labios y que cuando cierres los ojos,
desaparezca para ti lo que más te este importando...
y dar alegría cuando notes que son preocupaciones,
pero si son directas personas, des llantos.
Hoy no concibo entender el porqué de salir de un vientre
y de madurar sin justas razones,
hoy no entiendo lo que escribo y sin embargo sigo escribiendo,
hoy vuelan los dedos,
como plumas hechadas al viento,
no pensando que fueron sacadas de dos aves.
Dulzuras y encantos son problemas actualmente,
vaya jugada del destino poner en la pista a dos principiantes en baile,
pero que uno se atreva a elegir a su pareja,
claro porque este último ayudó.
Siempre me pasa que no se como terminar mis escritos,
los cielos se abren para dejar la luz pasar, eso dicen.
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