Desde que me arrojaron del cielo ,
estoy sobre tu lecho
acomodando toda mi anatomía sobre ti
acurrucando los más impuros sentimientos
sobre la blancura de tu cuerpo virgen.
Antes del principio ya me acogías
con tu telón libre abierto puro
como la exacta dimensión de tu medida
Emitías el sonido perfecto del placer
ante mis torpes movimientos sexuales
persuadiendo siempre a constantes
y acosadores insomnios.
Sabes guardar silencio, acurrucarme
dulcemente sobre ti,
cuando los vientos golpean duramente,
cuando el licor se olvida que soy humano.
Siempre me ofreces tu mejor pose,
tu mejor abrigo
y también sé que sobre ti
cama mía, quedaré muerto,
como hoy.
estoy sobre tu lecho
acomodando toda mi anatomía sobre ti
acurrucando los más impuros sentimientos
sobre la blancura de tu cuerpo virgen.
Antes del principio ya me acogías
con tu telón libre abierto puro
como la exacta dimensión de tu medida
Emitías el sonido perfecto del placer
ante mis torpes movimientos sexuales
persuadiendo siempre a constantes
y acosadores insomnios.
Sabes guardar silencio, acurrucarme
dulcemente sobre ti,
cuando los vientos golpean duramente,
cuando el licor se olvida que soy humano.
Siempre me ofreces tu mejor pose,
tu mejor abrigo
y también sé que sobre ti
cama mía, quedaré muerto,
como hoy.
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